[Nunca seré un modelo a seguir. Parte 1]




Siempre quise hacer una pasarela, ser modelo, pero con la estatura, con el peso y con la edad [1.70 m, 165 lb y 35 a] la idea se diluía cada vez más. Por eso no dudé ni un segundo cuando Alejandro Benítez, Director Creativo de Diamond y un muy querido amigo, me lo propuso. Fue como: "démosle". Además fui yo el que por whatsapp había sugerido: "me voy a poner cool-o para ser tu modelo el otro año". De inmediato recibí su llamada. 

"Le voy a preguntar a Rossemberg si un hombre puede usar mi Avant-Garde", me dijo al teléfono. 

Desde ese día empecé a molestarlo "Ale, avisame con tiempo para hacer la dieta". Una semana más tarde, Rossemberg -el curador del proyecto avant-garde de KLDSCP- había dado luz verde. Y el comité también. "El 26 de febrero tenés la primera preselección de modelos", terminó. Me temblaron las piernitas.

Llegué con los nervios de punta. - "¿Yo? ¿Modelo? naaaah". No me lo creía.

Entré como pollo comprado y observé: todos jóvenes de entre 14 y 26 años a lo mucho. Algunos ya se conocían, otros -como yo- primera vez. Tony Melara era el encargado de la producción de modelos. Lo primero fue separarnos en grupo, los "mega pro", los con una pequeña experiencia y los que nada, nunca, en la vida, más que el deseo. Es decir, yo.



Primera clase y a la pasarela: en la práctica se va aprendiendo. A algunos nos corrigió postura y a otros caminado. En total tres clases y les juro que aprendí a caminar, a tener más seguridad en el paso.

Esto pasa desapercibido
Siempre he sido un mundo de contradicciones, por ejemplo: me gusta pasar desapercibido. Y usted se preguntará cómo pasa inadvertido un tipo con una gran melena pelirroja y una barba enmarañada. No tiene lógica, yo sé. Además soy un poco tímido y penoso -nambe chele-, pero es cierto. "Ajá y por qué aceptaste entonces", preguntaría usted de nuevo. Y yo respondería: "por qué siempre lo quise hacer y, hasta cierto punto, me gusta el spotlight, controlado. Sí, soy perfeccionista". Así que también aprendí a controlar mi energía: abajo de la pasarela tranquilo y arriba explosión, pero aún en los ensayos ¡qué nervios!

Como estaba un poquito pasado de libritas (aunque siempre me quito 3 de amor cuando me preguntan el peso), me puse a dieta: sobre todo evitar dulces, postres, grasas, alcohol y carbos. Lo intenté, juro que lo intenté, pero comía chicharrones con tortilla frita y en el MBFWSV después de la copa tres de champaña me decía: "por qué eres así".

Sí, me obsesioné con el peso. Me metí a natación en el poli de Merliot y si faltaba un día me sentía culpable o corría, o si comía o tomaba mucho, hacía doble: natación y correr. Sí, loooooco. Una amiga me decía: odio que estés en entreno para la pasarela.

Y la obsesión fue mía, porque una vez conversando con Ale, le digo: "Tengo que rebajar." Y me responde: "Noooo, no te preocupés. Si vos sos el niño avant-garde, el conceptual." Mi reacción fue: "Cóoooomo, o sea gordito igual a tengo cuerpo conceptual." 

Lo de las tacones no lo tenía claro. Cada vez que Ale lo sugería era como "Ajíhomb". Era entre broma y no, hasta que un día me citó en Diamond y me dio unos. Eran de cuña con lazo, de color negro. Mi reacción fue: "Espero que no sean estos, porque entonces será un chiste mal contado, Alejandro. Los quiero de tacón". - "¿Aunque estos son más cómodos? ¿Vas a poder manejar tacón?", preguntó incrédulo. "Tengo que...", respondí enérgicamente. Así que empecé a practicar.

Sabía que no lo estaba haciendo bien y que los zapatos de "ejercicio" no me ayudaban mucho. Así que recurrí a la mujer más cercana que tenía la habilidad de usar trancas y bailar con ellas toda la noche sin arrugar la cara: mi hermana. Llegué un domingo a su apartamento, sacó un par de zapatos y nos quedamos con los más arriesgados, incluso me dio un par de consejos para poder manejarlos lo mejor posible. (Próximamente escribiré sobre tips para caminar en tacones y no parecer Bambi recién nacido 😳😝  #YDeDónde)

La selección de modelos terminó, solo nos quedamos los que eligieron los diseñadores para sus colecciones. El trabajo ahora sería en grupo, por orden de aparición y adivinen... sí, éramos los últimos y yo era el último, es decir, yo cerraba la pasarela 😱 ... estrés a mil millones de millones por ciento.

En el primer ensayo general, Tony me preguntó: "¿Los manejás ya?". Al ver mi cara, agregó: "No quiero que te expongas, te los vas a poner hasta que los manejés nivel perra". Claro eso sería dentro de 15 días. Entonces pies a la obra.

Al mediodía en casa o después de nadar, mientras cocinaba y comía, practicaba con los tacones, una media hora diaria más o menos.




Llegó el siguiente ensayo, el 2 de abril, a 4 días del evento . ¿Andás los tacones? preguntó. "Ay mamá", pensé mientras asentía con la cabeza. Con mi cara roja, roja, roja, roja, me los puse. Recuerdan que soy penoso y no quería que nadie me viera, era mi primera vez en público en tacones. ahhhhhh. Moría de la vergüenza. "Ya estás aquí, créetelo", me animó mi voz interior. [Sí tengo una voz que me sacude en esos momentos, creo que es mi monstruo-bitch-meValeTodoYTodos-Yolo] 

Me los puse y por fin logré alcanzar a mis compañeras, todas son altísimas de París. Ese día andaba con overol y medio tapaban, pero de igual manera, se veían que eran tacones.


Alejo Benítez & The Diamonds

Era nuestro turno de pasar, yo era el último, estaba tan nervioso que empecé a pensar "y qué tal si me caigo, y qué tal si me doblo el pie y ya no pueda caminar en la pasarela, y si se ríen, y si lo hago mal..." por otro lado mi mente repasaba "punta, punta, brazo, pose, contar hasta 5, seguir, punta, punta, pose, vuelta, contar hasta 5, regresar, punta, punta, voy por las Diamonds, punta, punta, pose, contar hasta 5..." El grito "¡adelante!" y el aplauso de Tony me sacaron de mis pensamientos. 


La pasarela de ejercicio era mía, hora de caminar con los tacones, miradas puestas, beats sonando, mirada nublada, nervios a mil. "Empieza siempre el pie izquierdo", acordate... 


En el siguiente post les cuento cómo terminó ese ensayo, los fits del vestido, cómo inició la nota de El Faro, qué pasó en el ensayo general, mi desliz en la pasarela, emociones, emociones pre, durante y post pasarela. Y si tienen alguna pregunta con gusto la contestamos.

Cierro con dos cositas.

La primera: expectativa 1, expectativa 2 vs realidad 1, realidad 2

La segunda: Mis respetos para las mujeres que andan por la vida en tacones, no importa si es chiquitito o es tranca "paso a desnivel". Es admirable y hay unos que no cualquiera puede manejar.

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