[Mi propósito en la vida]

Siempre he creído que todos tenemos una misión en la vida, algo por lo que estar aquí en este mundo, un propósito. Y pasamos mucho tiempo tratando de encontrarlo. Cuando lo hallamos, lo practicamos y todo parece ser más claro.

Por mi parte, yo lo descubrí hace poco, un domingo mientras corregía una tarea de mis estudiantes. Lo supe a mis 33 años.

Estaba tan claro, ha estado ahí, era tan obvio que no lo había visto. Es algo que he estado haciendo ya durante 4 años y realmente me llena, me satisface, me hace feliz. Fue este video el que me lo mostró o reafirmó.



Sí, estoy aquí primero para aprender y después para enseñar.

Ser maestro es una de las responsabilidades más grandes del mundo. Es conocer al otro y reconocer sus limitaciones y sus fortalezas para, con base en esa información, armar una estrategia de enseñanza. Es compartir conocimiento teórico y práctico, guiar, dar herramientas para crear soluciones, inspirar, abrir la mente, retar a llegar a la meta y pasarla...

Además la mejor manera de aprender es enseñando.

La primera pregunta que alguien me hace cuando digo que mi misión es aprender y enseñar es ¿y qué vas a enseñar?

La respuesta lógica sería lo que voy a aprender. Y suena tonto, pero es cierto. Quiero seguir enseñando en la universidad lo que hago en mi trabajo, traer una nueva generación de apasionados por la publicidad, por la comunicación, por la creatividad. Quiero enseñar francés y, no sé, de pronto algo más que vaya aprendiendo por este journey llamado vida.

Sin embargo no quiero enseñar solo desde la trinchera del aula. Quiero enseñar desde la escritura, las letras, el storytelling, contando esas continuaciones absurdas que hacen de este camino más divertido.


¡Bueno, manos a la obra, a cumplir la misión!

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