[le propongo un trato]

nunca he sido bueno para negociar, al menos no para que yo tenga los mejores beneficios, pero quiero intentarlo. empiezo poniendo al descubierto mis cartas -eso sí puedo hacerlo-.

de este lado, le ofrezco una cantidad infinita de besos, incontables abrazos y todos las caricias que quiera. tiene acceso ilimitado y exclusivo al mapa de mi cuerpo para que lo recorra como le plazca.

y las llaves de mi corazón en leasing, con promesa de venta.

también tiene derecho a la mitad de mi cama, a manejar mi carro para agarrar camino a cualquier parte, a andarme de la mano por dondequiera, a robarme besos y a abrazarme sin permiso. en este trato, también tiene derecho a dormir abrazado a mí o en su defecto puede hacer uso de la jirafa de peluche para conciliar el sueño.

le entrego mis horas de sueño y de desvelo, mis pensamientos durante el día, las horas de trayecto y de espera para un nuevo encuentro y las canciones que hablen de amor.

prometo bajarle a las cosquillas, a la barba para que no le moleste, tenerle pupusas y aprender a hacerlas, no tocar partes privadas en lugares públicos y cada día que el cariño, el amor y el respeto aumente un poquito más. prometo ir uniendo cada vez más nuestros mundos paralelos.

respecto a mis sueños, esos no puedo entregárselos. ni quiero que usted me entregue los suyos. por el contrario, le propongo que construyamos nuevos, usted y yo. le prometo mi presente con plazos cortos, medianos y largos... con alegrías, con peleas, con enojos, con reconciliaciones, con vacaciones y con ausencias y con presencias.

como todo trato, me muero; pero creo que usted vale la pena para correr ese riesgo.

¿qué dice... negociamos?