[Temporada de encuentros]

El primer mes del año llegaba a su final y él ya se había preparado para su primera visita.

Como cada año, la empresa del Señior C hacía la reunión de evaluación para toda la región en El Salvador y era precisamente él quien la dirigía. Señior C no venía más que una semana, entonces, como en los últimos 5 años,  el salvadoreño se instalaba en el hotel. Todas las noches hacían el amor como locos antes de dormir y también al levantarse. Después cada uno a seguir su día como si nada, esperando encontrarse después del trabajo.



Semana Santa aparecía y como cada año, él se iba de viaje a Washington, a casa de su tía. Pero de toda la semana, apartaba dos días especiales para el Gringo


El Gringo organizaba su casa para recibirlo y aprovechar lo más que se pudiera esas horas. Cuando estaban juntos parecían una pareja de años: terminaban la frase del otro, se sonrojaban cuando se veían, se abrazaban todo el tiempo y por las noches, en la cama, los cuerpos se acoplaban perfectamente para dormir.




Mayo, junio y julio eran los meses más agitados. Era el tiempo del Fly Attendant y el Colombiano.

Cada 4 días, aterrizaba el vuelo en San Salvador y el FA no tenía más que una noche, porque salía a las 6 de la mañana del día siguiente. Entonces, cena, conversación, sexo y ya. Por el contrario el Colombiano venía cada 15 días y se quedaba dos semanas. Los findes eran para ellos en la playa, el volcán, el campo, la montaña, noches largas para explorarse, separarse y reencontrarse con todo el tiempo del mundo.


El verano llegaba siempre con las vacaciones de la primera semana, así que armaba maletas para encontrarse con su Teddy Beard. El joven londinense era un asiduo fan de los viajes y había encontrado en el salvadoreño al compañero ideal para recorrer América y pensar en una pequeña luna de miel. Cada encuentro era en un lugar diferente: México, Colombia, Costa Rica, Perú... 


Septiembre era un mes muerto, la agenda se llenaba con cualquier entretención que aparecía.


Octubre estaba reservado para Monterrey Jack. Tres o cinco días con sus noches de largas pláticas sobre libros, películas, sueños y proyectos que terminaban en la cama haciendo dulcemente el amor.


Thankgiving traía al Pavo. Un compatriota que vivía en Estados Unidos y venía a visitar a su familia. Siempre se veían dos noches y hasta el siguiente año. Y las Fiestas de Fin de Año venían con el Doctor, dos noches y adiós al año.



Es cierto, tenía una agenda muy apretada, llena de encuentros amorosos. Pero eso nunca evitaba que algunas noches, solo en su cama, llorara abrazando su soledad.

Retrouvailles....


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