[el monstruo debajo del corazón...]

nuestros primeros años son los más difíciles y los más fáciles, vamos descubriendo el mundo poco a poco, pero nunca lo dejamos de descubrir, atrás de cada minuto puede venir algo que nos sorprenda o algo que nos asuste.


en esos primeros años desarrollamos ciertos miedos como el monstruo debajo de la cama o en el ropero, o el miedo a la oscuridad, a los fantasmas, a las brujas... con el tiempo - la mayoría- nos damos cuenta de que no existen y que no hay nada que temer. pero en la medida que vamos creciendo también vamos creando miedos.


el corazón no es la excepción.


nuestro primer temor en menesteres amorosos es la existencial pregunta ¿le gusto o no a la persona que me gusta?. de ahí se derivan otras miles de preguntas, ansiedades, historias...


media vez, pasamos esa barrera que puede ser tan fácil como :: no le gusto :: - es decir que nuestro temor sí era válido, pero ahí termina - o bien puede ser :: sí le gusto:: entonces pasamos a un siguiente nivel donde pueden florecer otros miedos como
• y si no amarramos
• y si al final se desencanta
• y si no funciona
• y si me enamoro y la otra persona no [este es el más horrible de todos]
y si somos drama o ansiosos, la lista puede ser interminable. 


pero los cortes también traen otros terrores: ¿qué pasa si me encuentro a mi ex?, ¿cómo voy a reaccionar si me encuentro a mi ex con su nuevo amor?, ¿y si no encuentro un nuevo amor?


pareciera que el monstruo del placar nos sigue y ahora está escondido debajo del corazón, ahí por las costillas o en el armario de nuestros sentimientos, esperando el momento de saltar y gritarnos...



¿y vos a qué te le tenés miedo?

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