[29 historias de amor: el simbólico]

siempre andaba buscando señales que le dijeran este es el amor de tu vida. 


normalmente eran pequeños detalles que no detonaban más allá de la personalidad de alguien, gustos, expresiones, casualidades incluso. pero que en su caso, esos insignificantes puntos los transformaba en connotaciones complejas e infinitas, los hacía épicos, maravillos y encantados, como si realmente el destino o un ser mágico los había unido porque estaba escrito en las estrellas, si no, no funcionaba. necesitaba ilusionarse de manera irreal, volar más allá de la luna y los desencantos eran caídas libres sin paracaídas y terminaban casi seis metros bajo tierra.


por ejemplo, su primer ::amor:: era aries, porque un aries es la pareja perfecta de un virgo, por aquello de que tierra y fuego y otras teorías astrológicas. 


después perdió la cabeza por un negro de ébano, estaba en su etapa adictiva al chocolate, y aquello no podría haber sido más que una señal de los dioses de la gula. 


años más tarde, cuando uno cree que la madurez va haciendo mella, se hizo un tatuaje de sol y se encontró a uno con tatuaje de luna. era un amor cósmico. hasta que se aburrió y atribuyó el corte a las diferencias entre las líneas gráficas de los mayas y los celtas. 


sus amigos pensaron que realmente rayaba la locura cuando se encaprichó con un tipo que se llamaba mariano, porque así se llamaba el héroe de la lectura del momento, o del tipo que se parecía al actor de su serie favorita. lo peor fue su loca pasión por el tipo que se movía en el vecindario: vivía por donde trabajaba y trabajaba por donde vivía... pero se desinfló el globo cuando reparó ::  cómo voy a andar con alguien que siempre va al sentido contrario ::


y la lista podría ser infitina pero se topó con otra connotación y vivieron enredados entre tantos significados y explicaciones.

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