{las cartas sobre la mesa}
no me gusta jugar al poker en una relación, ya lo he hecho pero realmente no me ha agradado.
prefiero poner las cartas sobre la mesa para saber qué pretenden, qué hay detrás, qué quieren.
creo que todos, muy dentro de nosotros, sabemos qué buscamos o hasta dónde podríamos llegar con alguien, hacemos una clasificación entre amigo, algo más formal, algo casual o simplemente conocido. es cierto a medida pasa el tiempo, las cartas cambian y este ordenamiento también.
sé que es ilógico que pida que muestren sus cartas cuando yo soy el primero en huir cuando alguien más las pone sobre la mesa y yo no estoy interesado o me da miedo. no sé por qué pienso que huir es menos dañino o grosero que decir, lo siento, no gracias porque no quiero jugar contigo -aunque este tema es para otro post-. "au contraire" si estoy interesado, apuesto con todo y tiro las cartas para que las vean, quizá dé miedo y tengan la misma reacción de huida, pero igual lo hago para que sepan hasta dónde estoy dispuesto a llegar. no cuento la estrategia, solo el resultado.
lo bueno de tener las cartas sobre la mesa es la información, poder decidir con propiedad el siguiente paso y si estoy de acuerdo en seguir apostando o no. por ejemplo, si tus cartas son de no me quiero comprometer y coincide con mi juego, perfecto; si buscas una relación pero es abierta, mejor no. y así vamos recomponiendo las apuestas.
en resumen, el pokerface en las relaciones no funciona, o al menos a mí, el misterio y la seducción son otra cosa, pero al menos dejar saber las intenciones con las que jugamos.
prefiero poner las cartas sobre la mesa para saber qué pretenden, qué hay detrás, qué quieren.
creo que todos, muy dentro de nosotros, sabemos qué buscamos o hasta dónde podríamos llegar con alguien, hacemos una clasificación entre amigo, algo más formal, algo casual o simplemente conocido. es cierto a medida pasa el tiempo, las cartas cambian y este ordenamiento también.
sé que es ilógico que pida que muestren sus cartas cuando yo soy el primero en huir cuando alguien más las pone sobre la mesa y yo no estoy interesado o me da miedo. no sé por qué pienso que huir es menos dañino o grosero que decir, lo siento, no gracias porque no quiero jugar contigo -aunque este tema es para otro post-. "au contraire" si estoy interesado, apuesto con todo y tiro las cartas para que las vean, quizá dé miedo y tengan la misma reacción de huida, pero igual lo hago para que sepan hasta dónde estoy dispuesto a llegar. no cuento la estrategia, solo el resultado.
lo bueno de tener las cartas sobre la mesa es la información, poder decidir con propiedad el siguiente paso y si estoy de acuerdo en seguir apostando o no. por ejemplo, si tus cartas son de no me quiero comprometer y coincide con mi juego, perfecto; si buscas una relación pero es abierta, mejor no. y así vamos recomponiendo las apuestas.
en resumen, el pokerface en las relaciones no funciona, o al menos a mí, el misterio y la seducción son otra cosa, pero al menos dejar saber las intenciones con las que jugamos.
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