{en esos días...}

hay días en los que me posee diana la cazadora,
en los que mis instintos felinos rigen mi mente,
en los que juego al gato y al ratón,
en los que hundo el diente en mi presa,
la amarro con mis brazos, la sofoco con mis besos, la apretujo entre mis piernas... hasta que caen exhaustas, vencidas, rendidas. entonces me pongo mi piel y me marcho.

hay otros -como este- en los que las casualidades me hacen resbalar, me bajan las defensas, me domestican, esos días, sin querer o con plena conciencia, es inevitable, imposible que el corazón se me escurra entre las sábanas para perderse entre los pliegues del cobertor y la piel de mi amante con la nula esperanza de recuperarlo.

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