.:mi panza : malos hábitos alimenticios:.
mi metabolismo sentimental es un carrusel.
consume todas mis emociones en un instante
con una voracidad de imaginación insana,
se contenta con ver llegar cualquier tipo de señal
y transformarla en un escenario esperanzador,
irreal, tan no creíble, espantoso y mágico.
he de confesar que tengo anorexia emocional,
evito consumir muestras de cariño,
me cohibo y no dejo salir mis sentimientos.
me limitó a decir “te quiero” a mis amigos,
a abrazar el viento y besar la lluvia.
traslado mi amor y sentimiento a la luna,
me veo etéreo, como un ser mágico que pende
de un hilo y que desaparece y reaparece libre
de cualquier atadura.
pero a veces resbalo, el hilo se rompe y
caigo por el peso de la ansiedad y
la recriminación de la reclusión,
entonces un pequeño saludo basta para pedir más:
más calorías de besos, más proteínas de abrazos,
grasa de otro cuerpo sobre el mío.
y justo cuando estoy disfrutando del festín o después de él
caigo en la cuenta y la culpa despierta,
me tira al piso, me levanta para volverme a tirar.
bulimia… creo que sí, pero es ocasional.
tres o cuatro veces comí mucho amor de alguien
o de varias personas, me sentí inflado no nutrido,
entonces empecé a vomitar y luego caí otra vez inflado
y repetí el proceso hasta quedar, según mi panza,
con un peso normal.
los malos hábitos han dejado secuelas en el cuerpo mío.
consume todas mis emociones en un instante
con una voracidad de imaginación insana,
se contenta con ver llegar cualquier tipo de señal
y transformarla en un escenario esperanzador,
irreal, tan no creíble, espantoso y mágico.
he de confesar que tengo anorexia emocional,
evito consumir muestras de cariño,
me cohibo y no dejo salir mis sentimientos.
me limitó a decir “te quiero” a mis amigos,
a abrazar el viento y besar la lluvia.
traslado mi amor y sentimiento a la luna,
me veo etéreo, como un ser mágico que pende
de un hilo y que desaparece y reaparece libre
de cualquier atadura.
pero a veces resbalo, el hilo se rompe y
caigo por el peso de la ansiedad y
la recriminación de la reclusión,
entonces un pequeño saludo basta para pedir más:
más calorías de besos, más proteínas de abrazos,
grasa de otro cuerpo sobre el mío.
y justo cuando estoy disfrutando del festín o después de él
caigo en la cuenta y la culpa despierta,
me tira al piso, me levanta para volverme a tirar.
bulimia… creo que sí, pero es ocasional.
tres o cuatro veces comí mucho amor de alguien
o de varias personas, me sentí inflado no nutrido,
entonces empecé a vomitar y luego caí otra vez inflado
y repetí el proceso hasta quedar, según mi panza,
con un peso normal.
los malos hábitos han dejado secuelas en el cuerpo mío.
BUENISIMOOOOO... SEMIOTICA INFINITA?
ResponderEliminarjajajaja sip, semiótica infinita!!!!
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