las señales

a veces pedimos señales y tardan tanto en aparecer.
a veces llegan y ni siquiera las notamos o les damos una mala interpretación.
a veces nunca caen y las inventamos para validar nuestras decisiones.
otras, las más dolorosas, esas nos golpean la cara, nos apuñalan la espalda, nos entierran los colmillos, nos hacen pedazos justo cuando estamos más felices o más sensibles a romper en llanto.

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