sapos e inflables!!!!

Había una vez un sapo al lado del camino. Una princesa pasó a su lado y lo contempló. El sapo croó para contarle de la maldición que saltaba sobre su cuerpo anfibio. Ella le creyó, creyó ser la indicada, creyó que su amor podía ser tan fuerte para romper el hechizo. Así que cerró los ojos y -no sin dejar de sentir un poco de asco- lo besó. Entonces ¡puff! Apareció un príncipe y vivieron felices para siempre...



Ahora me pregunto, si la indicada o el indicado besa a uno de estos sapos, ¿también podrán convertirse? No en un príncipe, pero tal vez en una princesa o príncipe inflable, o tal vez en un consolador.

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