911!!!!

- “Una nueva llamada”, dijo mientras veía el monitor de su computadora
- “La tomo yo”, gritó ella. “911, ¿en qué puedo ayudarle?”, respondió por el auricular.

Una voz al otro lado lloraba desconsolada a tal punto que era difícil comprender lo que salía de su boca.

-“No, no, lo siento señorita. Lamentable, esos casos no podemos atenderlos aquí”, agregó mientras colgaba. “Deberíamos tener un número para esas emergencias –pensaba-, a todos nos pasa más de alguna vez y curar un corazón roto puede tardar más tiempo que una pierna quebrada”.

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