Pequeña reseña mágica

Acompáñenme, esta es una historia que sucedió hace poco tiempo. Si no la quieren creer solo porque soy un hada, es más problema suyo. Pero para ser sincera me la contó un elfo de los bosques nórdicos.

Abajo del mar, hay un mundo maravilloso lleno de celestes y azules, amarillos y anaranjados que inundan todo. Seres inimaginables habitan esas profundidades, desde monstruos enormes hasta bellas sirenas... y esta es la historia de una de ellas.

Sirene no era una pez común, se sumergía más allá de los límites de la mÿska. Siempre vivía alejada de los demás y se divertía tan solo con ver formarse una burbuja o un rayo del sol atrapado entre sus cabellos. Cuando creció fue saliendo un poco más. Un día inesperadamente se alejó de la profundidad, comenzó a subir y llegó a la superficie. Sintió el aire por primera vez y contempló la luna redonda, no como antes con esas ondulaciones marinas.

A lo lejos un marinero navegaba y se percató del canto de Sirene. Su corazón quedó encantado, su mirada fue robada por el azul oscuro del océano y la plata del plenilunio.

La sirena bajó instantes después. Estaba muy asustada pues era su primera vez arriba.

Todas las noches de luna llena Sirene subía y el marinero la esperaba religiosamente desde su barca, se acercaba poco a poco. Al cabo de unos meses, por fin sus miradas se encontraron y ella huyó al fondo. Él, no advirtiendo las leyes de la naturaleza y siguiendo a su corazón, fue tras ella. Se tiró por la borda y nadó hasta alcanzarla.

Y su último aliento lo ocupó para robarle un beso a su amada. El cuerpo se fue haciendo cada vez más pesado. Hasta hundirse en la profundidad. Sirene nadó tan rápido como sus aletas le permitían. Subió de nuevo a la superficie. Depositó el cuerpo en una gran roca. Pero era imposible darle vida.

Sirene habló con la Madre Naturaleza y al ver el corazón roto de ambos amantes, los transformó en ángeles para que pudieran estar juntos el resto de sus vidas.

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