¿Miedo al amor?

¿Le tenemos tanto miedo a amar y a ser amados? ¿Estamos tan estresados y tan ocupados en nuestra vida, saludamos con banderas de libertad e independencia y olvidamos que la vida de pareja también puede darnos satisfacciones?

Creo que en este pequeño recorrido que he hecho por esta tierra, podría clasificar tres tipos de personas:

Los primeros son los que tienen "suerte" y nunca están solos. No le temen a ser lastimados y se entregan plenamente, aunque les vaya mal, siempre están abiertos a las disponibilidades de amar y ser amado, o de querer. Llevan un ciclo de vida y muerte con las relaciones que se renueva a cada instante, como las estaciones del año, a lo mejor eso les permite mantenerse vivos y empezar una relación a los pocos día de haber terminado otra. Si bien están heridos, pueden sanar rápido y se disponen a entablar una relación. Quizá las relaciones no les duren tanto, pero ponen su empeño para que salga bien. ¿Tienen un corazón más grande o más fuerte?

El otro grupo, en el que me identifico, es el que busca una relación o no la busca y de repente tropieza con alguien que se atreve a amarlos y entonces huyen, las excusas son las mismas: no siento lo mismo que vos, es injusto, no soy bueno para las relaciones, prefiero estar libre, lucho por mi libertad, mi independencia. Y si por el contrario nos animamos, la otra personas nos dice lo mismo que hemos repetido nosotros en varias ocaciones. Así nuestros ciclos de vida y muerte no se completan se estacan. Si por alguna razón sentimos que la vida renace, regresamos al cementerio, la matamos, la aniquilamos, la ignoramos.


De qué tenemos miedo, de que nos lastimen, de que las cosas no sean perfectas, tal y como las hemos soñado.

Nos conformamos entonces con pequeñas relaciones sexuales, casuales, para intentar callar los gritos de la soledad. Nos lastimamos a nosotros mismos y pretendemos estar felices y seguros. No nos gusta sufrir, y nos escondemos tras las sábanas de la cama. Nos convertimos en cuerpo, sin sentimientos. Y los años pasan y cada vez el temor crece y crece y las ganas de salir del cementerio se mueren con nosotros. Sentimos el sol y el calor, pero no el calor de otro corazón, de un cálido beso o un abrazo, solamente el caliente beso de un cuerpo que no es el nuestro. ¿Por qué nos cuesta tanto amar y dejarnos amar?

El tercer grupo lo clasifico aún en dos más: los que encuentran la primera vez y no se separan jamás, nunca más. Y los que no tienen nada de nada, ni sexo, ni amor.

A qué grupo perteneces?

Abril, 2005

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