La seguridad del primer amor

Todos nos hemos enamorado alguna vez. Y esa primera vez nos ha marcado por el resto de nuestra historia en cierta medida. ¿Recordar a nuestro primer amor nos da seguridad?

Se haya realizado o no la relación, aunque no coincida con nuestro primer noviazgo, nuestro primer gran amor ¿siempre se convierte en nuestro paradigma?

En la televisión he notado dos ejemplos concretos: Ally Mc Beal siempre piensa en su novio Billy y Carry Bradshaw, en Mr. Big.

Este primer amor nos hace felices, tan solo pensarlo. Sin embargo también es el que nos puede hacer sufrir más si dejamos que actúe su parte negativa, se convierte en un arma de autodestrucción. Hemos reído alegre y llorado amargamente por este amor como por ningún otro.

Si tenemos la suerte de quedarnos con este tal vez todo irá bien y el final puede ser como una telenovela o un cuento de hadas de vivieron felices para siempre. ¿Pero y si pasa lo contrario?

¿Qué pasa entonces si cortamos esta relación amorosa? Simplemente se convierte en nuestro gran paradigma, cualquier relación que tengamos podría pasar -en un inicio- bajo la lupa inescrutable del primer amor. Y vendrán comparaciones y el “hubiera” puede tomar formas.

El primer amor está ahí cuando la soledad nos invade y nos encierra, lo conjuramos para protegernos y para ahuyentar a esa terrible bestia feroz. También si tenemos un fracaso amoroso, la llamamos para que nos consuele. Y si tenemos una relación amorosa buena -más de alguna vez- puede desestabilizarnos, porque vuelve al pedestal que tenía y se adueña de las fantasías de nuevo. Es la tabla de salvación que ocupamos para mantenernos a flote en el mar de sentimientos y situaciones.

Ah! El primer amor es nuestra concepción de sueños de amor, los transformamos en el objeto deseado, en príncipes azules o princesas encantadas. Se cristaliza, se aleja, se hace un teatro que se representa así mismo para darnos alegría, se convierte en platónico, en el amor ideal nutrido de fantasías del subconsciente.

Así como un niño le tiene miedo a la oscuridad y por tanto necesita luz para tranquilizarse y sentirse seguro; así el primer amor nos ayuda a pasar por el extraño, fuerte y complicado mundo del amor. A esto le llamo yo, la seguridad del primer amor.

Abril, 2005.

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