[del porqué me gusta ir a votar]

desde mi burbuja, les puedo contar que para mí ir a votar me llena de mucha emoción.

desde mi burbuja digo porque dejando de lado que es un deber cívico, que podemos cambiar el país y todos los aspectos negativos como la polarización, las campañas sucias -por qué nunca dan propuestas-, el cansancio de los medios y las redes sociales de sacarse los trapos sucios al sol, de las peleas y nequé nequé ne qué... para mí es una fiesta.

después de los acuerdos de paz, recuerdo que esas elecciones mi papá agarró su pick up, nos llevamos a los vecinos, fuimos por los abuelos y mis tíos. hicimos las paradas respectivas y en el camino íbamos cantando, riéndonos, saludábamos a los otros que también eran del mismo partido, hacíamos relajo, realmente se sentía la "paz". 

esa noche dormí de lo más cansado.

las próximas elecciones, a pesar de estar en la universidad, no pude votar, porque aún era menor de edad. sin embargo sí me fui con mis papás. ahora en el micro, fuimos por los abuelos, mi tía, hicimos la ruta: escuela uruguay, el ahora cifco y la escuela nequé a la par
del zoológico. 

ahora que ya puedo, no me lo pierdo. siempre hacemos la ruta y en el camino pasamos comiendo elote asado con limón, empiñadas, tostadas de plátanos. llegar al centro de votación, buscarse en el padrón, matarse de la risa por esos nombres raros que uno encuentra.

las pasadas elecciones fueron voto residencial. fue igual de divertido: todos en familia, pedirle a mi mamá o papá un dólar para un sorbete de carretón, encontrarse a los vecinos, saludarlos, ponerse al día, caminar de la mano con mi mamá por el parque... 

es que estos días así en familia, me siento de nuevo como niño, como en fiesta, como ir al pueblo, como que el tiempo se detiene o retrocede y cualquier cosa podría pasar.

por eso no aguanto que llegue el 2 de febrero para ir a votar con mi familia.